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Las risitas iluminan la primera planta de Egan, un espacio habitualmente silenciado por el tecleo de los teclados y los resoplidos exasperados de los y las estudiantes de enfermería. Las alumnas de Kindergarten trepan por encima de los de Fairfield en busca de su próximo libro para leer. Los alumnos de Fairfield comparten que están sonriendo tanto que les duele. 

En colaboración con el Center for Social Impact, el Department of Modern Languages and Literature acogió el martes por la mañana a dos clases bilingües de la escuela Cesar A. Batalla de Bridgeport. Allí, las estudiantes del curso de español, SPAN 2210, impartido por la profesora Covadonga Arango-Martin, compartieron sus cuentos co-escritos en el evento bianual de Read-Aloud Day que marca la culminación del trabajo de un semestre en el curso de compromiso comunitario. 

El estudiante de segundo año Oliver Merriam, el Community Engaged Learning Associate que colabora con el curso, comparte: “Mi sueño es convertirme en profesor bilingüe de primaria y esta es la experiencia perfecta”.

Pero luego se pregunta: “¿Por qué no hay más eventos como este que resalten la misión jesuita de la Universidad de ser personas para los demás?” Cree que colaboraciones como “ésta deberían ocurrir más”.

Para Covadonga, es su 13 año colaborando y creciendo con las escuelas de Bridgeport y habla con orgullo de los avances en el aprendizaje que las estudiantes de la Fairfield University logran cuando colaboran con estudiantes hispano-hablantes.

“Las estudiantes salen del campus y ven otra realidad a 10 minutos de distancia. Aprenden de los niños, otra experiencia en sí misma”, afirma.  

Para Covadonga, los mejores maestros de la clase son las alumnas de kindergarten: “practicar español en un contexto real, y aprender lo que es estar en una situación incómoda con los niños hablándoles en español: eso es estar con el idioma”.

Covadonga cree que la experiencia puede describirse mejor como un intercambio de conocimientos: “los estudiantes no van allí para enseñar a las niñas, los niños están allí para enseñarles a ellos. Las estudiantes de Fairfield aportan algo nuevo a su clase de kindegarten, pero los niños de César Batalla les enseñan a ellos”.

Joel Espada, Director de Colaboraciones Comunitarios del Center for Social Impact, describe lo que las estudiantes de Fairfield aportan a las aulas de kindergarten. 

“El conocimiento del inglés es una gran necesidad para los hispanohablantes nativos. Pero los estudiantes de Fairfield también exponen a los niños a la educación superior a una edad temprana, dándoles algo a lo que aspirar”. Espada continúa: “pero también les da modelos de conducta”.

En su opinión, “los cursos de aprendizaje comprometido con la comunidad aportan alegría—a la educación del niño, pero también a los estudiantes de Fairfield que experimentan esa alegría también”.

Los cursos de aprendizaje comprometido con la comunidad (CEL, por sus siglas en inglés) son clases con el atributo CEL en las que el Center for Social Impact se asocia con el profesor del curso para trabajar con una escuela u organización de la comunidad local. Espada explica que muchos Cursos de Community Engaged Learning son “parte de nuestro STEP, Student Teachers Empowerment Project, un proyecto de décadas de asociación con escuelas locales”.

En este curso de aprendizaje comunitario en particular, las estudiantes no sólo experimentan el mundo fuera de la Fairfield Univeristy, sino que “llegan a hacer un proyecto en el que hay un propósito”, afirma Convadonga. “Los estudiantes escriben un libro infantil en el que habrá lectores reales para su trabajo: un niño concreto de cinco años en César Batalla con el que trabajan para crear una historia”.

El estudiante de segundo año Drew Gray ofrece su principal enseñanza del curso: “interactuar con los niños y compartir nuestras historias, ser capaz de conectar con gente en otro idioma que de otra forma no podrías”, es con lo que se va del curso.

En la reflexión final del curso, Covadonga cuenta que muchos de sus alumnas escriben que quieren participar en más cursos del CEL. “Se han dado cuenta de que pueden trasladar sus conocimientos a un entorno real”, declara. “Pueden entender lo que es estar en la piel del alumno bilingüe”. 

De los 11 alumnos de Convadonga, siete seguirán estudiando español el próximo semestre y seis ya se han matriculado en la especialidad de español.

Cuando las niñas de kindegarten se enteraron de que podían quedarse con los libros, se les iluminó la cara de alegría. Y cuando apareció Lucas the Stag vestido de Papá Noel, su mañana sólo pudo describirse como mágica.

Después de que le preguntaran en español por qué había sido una gran experiencia, uno de los niños del kindegarten se limitó a señalar la portada del libro que había ayudado a escribir. Su respuesta era evidente: su capacidad de verse a sí mismo como autor le resultaba emocionante y empoderadora.

El campus volverá a llenarse de alegría cuando reciba a los alumnos para el Read-Aloud Day al final del próximo semestre, el jueves 1 de mayo.

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